"Es imprescindible que el turismo se considere como una “cuestión de Estado” y se aplique una política turística integral que le confiera un tratamiento prioritario"
Entrevista a Maria Frontera, presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca
Con apenas un mes de diferencia se han producido dos elecciones, unas generales y otras autonómicas, que entre muchas otras cosas afectan a la normativa turística de las Balears. ¿Qué se espera desde la FEHM para el futuro inmediato del sector?
Hasta el momento no hemos conseguido que la Administración avance al mismo ritmo que el sector empresarial hotelero, que ha realizado un esfuerzo sin precedentes en el reposicionamiento de la planta hotelera, con una clara aportación de valor que se ha traducido en una diversificación de la oferta, alargamiento de la temporada turística, creación de empleo, mayor rentabilidad… Sin embargo, como decía, la Administración no ha sido ágil en ese sentido, no ha sabido acompañar al sector con incentivos fiscales a la inversión, con actuaciones en los espacios públicos y en la mejora de infraestructuras, con reducción de trabas burocráticas.
Es necesario poner en marcha una campaña de apreciación del turismo; la colaboración público-privada que desde el sector hotelero siempre hemos reivindicado debe ser real y efectiva para tener los resultados positivos que nuestra comunidad precisa, y los partidos que integren el nuevo gobierno deberían compartir la visión respecto al turismo y trazar una hoja de ruta clara y bien definida.
Hace unos días apelaba a la necesidad imperiosa de “gozar de seguridad jurídica” para aportar estabilidad a una industria de la que dependen, directa o indirectamente, gran parte de las familias de esta comunidad. ¿En qué criterios deben basarse esas garantías jurídicas?
Es imprescindible que el turismo se considere como una “cuestión de Estado” y se aplique una política turística integral que confiera a la actividad turística el tratamiento prioritario que merece. Precisamos un marco regulatorio amplio que abarque los aspectos del turismo en su conjunto y que atienda a su transversalidad.
Otro aspecto fundamental es la necesidad de disminuir las cargas administrativas y económicas a las que están sometidas las empresas evitando duplicidades y simplificando los trámites administrativos, reduciendo los costes fijos de las empresas con una fiscalidad que incentive y no penalice. Son cuestiones clave para la mejora de la productividad y de la competitividad.
Para el sector hotelero es prioritario poder continuar con el proceso transformador iniciado hace unos años al amparo de la DA4 de la Ley del Turismo 8/2012. Para ello debemos tener una normativa urbanística que fomente la inversión y dé continuidad a las reformas de la planta hotelera, que han permitido incrementar la calidad, mejorar la eficiencia y ofrecer un mejor servicio.
Uno de los temas que genera más controversia en la actualidad es la regulación del alquiler vacacional. ¿Qué opinión le merece este asunto a la FEHM y cómo cree que debería actuarse en las diferentes modalidades de viviendas: plurifamiliares, unifamiliares, grandes ciudades, pequeñas localidades rurales…?
Desde la FEHM siempre hemos sido muy claros sobre este tema. El alquiler turístico ha existido siempre y ha convivido con la oferta hotelera. El problema, como todos sabemos, radica en la eclosión de las plataformas de comercialización, sobre las que no había ningún tipo de control. Como suele suceder, ha habido un desarrollo más rápido de la iniciativa privada que de la Administración, que se ha visto desbordada y por su lentitud en reaccionar les ha hecho “llegar tarde” una vez más.
Lo que pedimos es que las viviendas destinadas a alquiler turístico tengan las necesarias licencias, pues, de lo contrario, se está amparando su ejercicio clandestino. Igualmente, que estén sometidas a las mismas obligaciones tributarias que derivan de su ejercicio como persona física o jurídica, esto es, la declaración y liquidación, según sea el caso, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, Impuesto sobre el Valor Añadido, Impuesto de Sociedades, etc.
También deben tener unas exigencias de servicio y calidad exactamente iguales al sector hotelero y pasar por los mismos controles de inspección que los operadores tradicionales. Lo que venimos reclamando es que la inspección turística cuente con los medios personales y materiales suficientes para garantizar un cumplimiento de la normativa en igualdad de condiciones para todos los agentes. Hoy en día no se entiende que la Administración no esté dotada con herramientas tecnológicas potentes para su labor de inspección y que cruce los datos de Turismo con Hacienda para detectar oferta ilegal.
Relacionado con lo anterior, ¿qué opinión le merece el debate alrededor de la masificación turística en Mallorca y, si lo tiene, qué papel ha jugado el alquiler vacacional en esa percepción?
Hablamos de masificación y hemos de ser muy cuidadosos con los términos que empleamos. Estamos lanzando mensajes continuamente en ese sentido y eso acaba calando en nuestros mercados emisores. En ciertas ferias, los agentes turísticos nos preguntaron si Baleares tiene un problema con los turistas, y eso es preocupante.
Es evidente que la irrupción de nuevos modelos de negocio, que se han amparado bajo el paraguas de una mal llamada economía colaborativa, pone en peligro el delicado equilibrio territorial de nuestras islas por el crecimiento desaforado y descontrolado de esta oferta de alquiler.
Es por ello que, más allá de las normativas autonómicas, creemos que esta cuestión es lo suficientemente importante como para que el Gobierno de España tome cartas en el asunto y ponga freno a este tema, aprobando, en base a sus competencias, un marco regulatorio estatal, común a todo el territorio nacional, orientado a garantizar el derecho a la vivienda, a la convivencia, la seguridad de las empresas, de los trabajadores y de quienes nos visitan, que frene el intrusismo y la economía sumergida. No sólo en el alquiler sino también en transporte, ocio o comercio, por citar algunos ejemplos.
Bufete Buades asesora a la FEHM en materia legal. ¿En qué campos suele requerirse un mayor asesoramiento jurídico y si la aparición de las nuevas tecnologías aplicadas a los sistemas de contratación y alojamiento de los clientes está produciendo nuevas casuísticas relevantes?
Efectivamente, la FEHM ha colaborado estrechamente con el Bufete Buades en temas de tanta relevancia como la demanda a los controladores aéreos por los hechos producidos en diciembre de 2010. La FEHM pone a disposición de sus establecimientos asociados un asesoramiento jurídico especializado en las diferentes legislaciones, europea, estatal, autonómica y local, que afectan a las empresas turísticas. Las consultas más demandadas se centran en distintos trámites con las administraciones en relación con el ITS, gestión de propiedad intelectual, derecho urbanístico, aplicación de normativa turística y la relativa a higiene sanitaria, alimentaria, piscinas, seguridad industrial, accesibilidad universal, etc.
Son tantas las normativas de aplicación a la actividad hotelera que la parte de asesoría jurídica es muy importante en la labor de la FEHM, bien con el propio departamento jurídico, o bien con asesores externos especializados.
¿Cuáles son a su juicio las claves empresariales que toda empresa hotelera con establecimientos en Mallorca, debe asumir durante los próximos años para no perder el tren de la competitividad?
En primer lugar, continuar con la inversión. Hemos realizado una apuesta muy fuerte por la calidad y el reposicionamiento de nuestros establecimientos hoteleros, que hasta la fecha podemos cifrar en una inversión de 1.800 millones de euros. Debemos seguir por ese camino, siempre y cuando dispongamos de las herramientas legislativas que nos lo permitan.
La digitalización es una palanca que ha cambiado muchos hábitos de consumo tradicional. Hoy, las islas son un lugar estratégico para emprender y desarrollar tecnología turística. La implicación de la Administración es imprescindible. Es necesario desarrollar planes de innovación que sitúen a la industria turística española en la vanguardia tecnológica, como líder y potencia turística mundial que es, y poner en marcha ayudas que permitan a las empresas desarrollar planes de I+D+I, con una visión global e integradora del turismo.
Por otra parte, es necesario dar un impulso a la formación. La oferta formativa debe estar adaptada a las necesidades reales. Necesitamos dar un nuevo enfoque a la formación para aumentar la empleabilidad en el sector y para lograr este objetivo estamos dispuestos a colaborar con la Administración para diseñar los itinerarios formativos.
Si bien las temporadas turísticas pasadas fueron excepcionales en las islas, ahora se prevé un descenso considerable de la ocupación hotelera. ¿Qué previsiones manejan desde la Federación y qué explicaciones le ve?
Tal y como venimos advirtiendo, primero desde FITUR y después desde la ITB (Berlín), se está produciendo una ralentización del ritmo de las reservas como consecuencia, entre otras causas, de un descenso en el crecimiento de las principales economías europeas.
Estamos constatando un descenso de las reservas, sobre todo por parte de los turoperadores germanos y escandinavos por varios factores: la vuelta a primera línea de los destinos competidores de la ribera sur y oriental del Mediterráneo, Turquía, Egipto y Túnez que experimentaron subidas de dos dígitos en el año 2018. Y siguen en 2019.
La incertidumbre generada por el Brexit, la devaluación de la lira turca que hace que los paquetes de TTOO sean más atractivos por el precio; la climatología favorable en esos países emisores en 2018 ya se hizo notar y todo apunta a que en 2019 puede suceder algo similar. Los viajes dentro del propio país son una gran competencia para nosotros.
También la adopción de determinadas políticas, como la duplicación injustificada del ITS contribuyen a generar una disminución de la competitividad del destino y no acompañan al gran esfuerzo que el sector privado está realizando con el objetivo de mejorar el posicionamiento de nuestro producto turístico y consecuentemente una revalorización del destino, y así contribuir en mayor medida al tejido empresarial regional.